miércoles, 2 de octubre de 2013

Renovaciones sí, pero con cabeza.

Se está hablando mucho estos días del asunto de las renovaciones de algunos futbolistas, en concreto de tres, como son Antonio Amaya, Javier Matilla y Salva Sevilla. Los tres finalizan contrato en la presente temporada y es lógico que se recuerde que dichos futbolistas a partir de enero serán libres y podrán firmar con el club que estimen oportuno.
Pero me asombra ver como hay cierta parte del periodismo que se vuelca de lleno en este tema, hasta el punto en el que muchas veces dudo si se busca el beneficio del Betis, como entidad deportiva, o el beneficio del jugador, porque es el amiguete de turno y se porta muy bien con la prensa, que por otro lado, es parte de su trabajo (derechos de imagen). Sacar a relucir casos como los de Adrián, Cañas o Pozuelo, para de alguna manera "acojonar" al personal me parece rastrero y zafio, ya que a estos futbolistas simplemente les ofrecieron más dinero que aquí, al igual que Beñat, por lo que se fueron.
La primera historia de este año surge a raíz del partido (enorme por cierto) que realiza Salva Sevilla frente al Valencia. Había que renovarlo automáticamente, ¿pero por qué? Todos los béticos somos conscientes del nivel de Salva Sevilla y que su renovación, en caso de hacerla, no puede ser a cualquier precio, al igual que la de Antonio Amaya que ahora mismo está en un nivel espectacular.
El caso de Javier Matilla es distinto. Es un jugador joven y cubre ciertas partes del campo que a la hora de reforzar requieren un mayor desembolso económico. Igual por edad y posición, con este futbolista sí se podría hacer un pequeño esfuerzo, pero siempre y cuando no se cometan locuras y no se rompan los parámetros estimados.
Últimamente están saliendo a relucir muchos defectos de la actual directiva del Real Betis (en un futuro artículo comentaré mi opinión al respcto), pero me gusta y me sabe bien que el Betis tenga un tope salarial acorde a las necesidades económicas. Casos que se dieron antaño, como Arzu y Fernando Vega a millón de euros anuales, nóminas desorbitadas como las de Mehmet Aurelio, Sergio García o Emaná, todos ellos superando también el millón, son errores que se cometieron en el pasado y que no se deben volver a cometer. Por lo tanto, renovaciones sí, pero con cabeza y buena planificación.

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