sábado, 28 de septiembre de 2013

El curioso caso de Rubén Castro.

Una convocatoria más, un partido más y Rubén Castro no estará. Tan necesario y tan añorado por toda la afición bética, y todavía, no estará.
Es muy raro todo esto que está pasando con Rubén. De estar en la convocatoria contra el Granada a caerse misteriosamente de ésta por la mañana, recayendo de la misma lesión que tenía en el transcurso de la noche. Tras esto, viajes a Barcelona, infiltraciones, amenazas de quirófano y preocupación evidente.  Y una pretemporada que casi ni ha hecho.
Rubén, como cualquier futbolista, tiene derecho a lesionarse. De hecho somos especialistas en aguardar la reaparición de jugadores lesionados y necesarios, recordemos a Alfonso Pérez Muñoz que siempre lo esperábamos como agua de mayo. Lo que resulta evidente es que el Real Betis se ha encomendado al estado de un futbolista, sin contar parece ser, que ese jugador tiene un año más esta temporada y que por ley de vida su rendimiento irá disminuyendo paulatinamente. Estamos en manos de lo que la espalda del jugador aguante, si no se opera antes, que lo mismo será para toda la temporada o para dos partidos una vez esté recuperado.
Sería más que conveniente no buscar un refuerzo en invierno para salir del paso (Pabón fue así el pasado año, otra cosa fue su rendimiento envidiable que nos dió mucho positivo), si no el buscar alguien en propiedad que empiece a ser un sutituto de garantías para Rubén. Y por supuesto, no podemos esperar a traerlo al 31 de enero, porque despues al final de temporada (sería una más) nos acabaremos acordando de aquellas jornadas que se quedaron en el limbo y que nos hubieran dado una mejor clasificación, o quién sabe si la vida.



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