martes, 17 de diciembre de 2013

Siempre quedaremos nosotros



Fuente: laps3.com

Sólo 6 meses han pasado desde que el Real Betis consumó su clasificación para la Europa League. Tan solo 180 días desde que culminó un ciclo que comienza en la más agria hecatombe en la segunda división y acaba tres años después con un séptimo puesto en la clasificación de la Liga BBVA, mal llamada liga de las estrellas.
Qué momentos más difíciles vivimos los béticos, el beticismo, en estos días. Ya no sólo por los resultados deportivos, que también, sino por la miseria y la mierda que nos estamos teniendo que tragar en estas fechas tan señaladas, bonitas y familiares. Qué complicado se hace sintonizar una emisora de radio en la que salgan personajes de dudosa procedencia, que no se sabe muy bien de dónde salieron y hacia dónde quieren ir. Qué lástima ver que hay “aficionados” que se reúnen con otros personajes cuyos actos han sido el origen de todo lo que está ocurriendo. Parafraseando a Luis Carlos Peris: “qué cosas tan graves tuvimos que hacer los béticos en otra vida para que se nos castigue en ésta con este equipo”.
Parece que el Betis está condenado a que siempre lo dirijan gente equívoca. Cuando no hay uno que se lo lleva, hay otro que no tiene ni pajolera idea de lo que va esto. Y siempre para y por beneficio propio. Al Betis y a los béticos, que les den.  Un individuo del cuál antes no se sabía ni quién era, van a poderlo ver subido en el trono del Rey Baltasar con la carita pintada de negro y tirando caramelos el día 5 de enero. Como si nada pasara, como si nada importara. Otros aprovecharán para ir a alguna que otra peña a comilonas navideñas varias, porque son “leyenda viva”. ¿Y al Betis? Que le den.
Lo mejor de esto, amigo bético que me está leyendo, es que sabemos el final de esta historia cuando todo pase. Unos volverán a gestionar aceiteras, otros volverán a bufetes de abogados pero con más reputación, otros se cogerán un avión a Serbia para ocupar un puestecito en su federación… Y otros… Otros vivirán siempre de ser “leyenda”.
Pero créame cuando le digo que la verdadera leyenda de este equipo es su afición. Los que siempre quedamos, pase lo que pase. Los que estamos mascando la tragedia desde hace tiempo y que cuando se consuma la viviremos como si fuera una sorpresa. Lo único que nos ampara a los béticos es saber si algún día tendremos la suerte de estar dirigidos por alguien que de verdad sienta lo que llevamos dentro  y que de una vez por todas nos lleve al lugar que merecemos.

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